Samsung Electronics parece haber salido de momento airosa tras anunciar que retrasará el lanzamiento del primer smartphone plegable, el Galaxy Fold, un caso que recuerda al de su Galaxy Note 7 pero que afecta al gigante surcoreano de manera muy distinta.
La compañía ha dejado en el aire el lanzamiento del Fold, que debía ser el primer smartphone con pantalla plegable del mercado y tenía prevista su salida el viernes, hasta que determine la causa de los fallos detectados en el panel táctil de los aparatos que se proporcionaron de prueba a varios periodistas.
Samsung también tenía previsto sacar al mercado el teléfono el próximo 3 de mayo en Europa. Pero las cosas han cambiado después de que reportaran que la pantalla doble comenzó a fallar después de retirar un plástico protector que no debe quitarse, tal y como viene indicado en la caja del producto.
Otros tuvieron problemas aparentemente relacionados con la bisagra del dispositivo o con partículas de suciedad que se colaron por debajo del mencionado plástico y estropearon la pantalla.
Un portavoz de la empresa asegura que tiene previsto «anunciar la fecha de lanzamiento en las próximas semanas» tras «realizar más pruebas internas» ante la posibilidad de que el producto requiera «mejoras adicionales».
El Galaxy Fold es un producto de altísima gama: su precio en Estados Unidos será de $1.980, más del doble que el precio original con el que fue lanzado el Note 7, y solo ligeramente más barato que el Mate X, que andará por los $2.600.
El volumen de venta que la propia Samsung esperaba durante los próximos meses era modesto y no implicaba un peso destacable en su facturación.
También hay que tener en cuenta que a diferencia del Note 7, el Fold no ha sido aún lanzado y no se encuentra en manos de millones de usuarios, por lo que los costes del retraso serán mínimos en comparación con el problema de 2016.