Mientras la Iglesia Católica celebra la Semana Santa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que existen dudas sobre que las Bienaventuranzas, presentadas en el Sermón de la Montaña del Evangelio según San Mateo, hayan sido pronunciadas en verdad por Jesús.
A través de Twitter, López Obrador escribió que “dicen que no es de su autoría, que ni siquiera es sermón, que si acaso es la suma —inconexa y heterogénea— de sentencias orales expuestas a lo largo de la historia cívica y religiosa”.
“Alegan que fue estructurado por sus seguidores para aleccionar y conseguir feligreses”, añadió.
“Pero qué bello es parafrasearlo: bienaventurados los pobres, los humildes, los que lloran, los que padecen de persecución, los que tienen hambre y sed de justicia, y los de buen corazón”, finalizó.
ACI Prensa señala que la publicación del Presidente de México causó polémica en redes sociales, e incluso su predecesor, Felipe Calderón, le exigió que respete la ley mexicana–que defiende la laicidad del Estado– y citó el Evangelio de Mateo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Hugo Valdemar, que durante 15 años fue director de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México, señaló que “esta afirmación del señor presidente me recordó las grandes disputas bíblicas que se dieron el siglo pasado entre biblistas alemanes que negaban la historicidad de los Evangelios y trataban de descubrir, haciendo pedazos los Evangelios, la ‘ipsisima verba Iesu’, es decir, las mismísimas palabras de Jesús, quitando lo que según ellos fueron añadidos de las primeras comunidades cristianas”.
Esto, indicó, “es un enorme despropósito”.
El P. Valdemar, hoy canónigo penitenciario de la Arquidiócesis de México, subrayó que “la Iglesia tiene por auténticas palabras de Jesús. Las Bienaventuranzas no están a discusión ni a la opinión sin fundamento de quien ignora los Evangelios”.
“Francamente no sé cuál sea la intención del señor Presidente, pero la centralidad de estos días no está en interpretaciones particulares de algún pasaje bíblico que tenga connotaciones sociales, sino en algo tan fundamental que es el centro de nuestra fe, cómo lo es la pasión, muerte y resurrección del Señor. Lo demás es irrelevante”.
Para el sacerdote mexicano, el comentario de López Obrador está “fuera de lugar, porque el centro de estos días es muy simple: que Jesús murió por nuestros pecados y resucitó para darnos nueva vida, la vida eterna al lado de Dios. Todo lo demás, es intrascendente”.