Pasadas las 10:00 p.m Elizabeth Díaz caminaba, en medio de la oscuridad, por la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (Chet) de Valencia buscando qué doctor podía certificar la muerte de su hija con parálisis cerebral y desnutrición crónica.
La tarde del sábado se complicó su salud. La llevaron a un Centro Diagnóstico Integral (CDI) donde no pudieron atenderla por falta de servicio eléctrico. Entre la odisea para buscar atención médica, falleció.
La noche del viernes comieron un perro caliente que les regalaron para la cena y eso le habría originado una indigestión, que la llevó directo al CDI de Trapichito, pero cuando llegaron, los médicos cubanos ya se estaban retirando de la sede porque estaba oscureciendo. «No había luz, no había nada y no la pudieron atender», contó la madre.
Dando tumbos, porque nadie las quería ayudar, llegaron a la Chet. No había nada que hacer: la muchacha de 19 años y con 10 kilos de peso había fallecido en el trayecto. En el hospital la mandaban de un área a otra para buscar quien certificara la muerte, hasta que finalmente la ingresó, en sus brazos, a la morgue de Valencia.
Heberlizeth González
