El enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, aseguró que es «muy difícil» concebir cómo un «dictador como Maduro» puede jugar un papel en el futuro de Venezuela.
«Si quisiera construir una Venezuela democrática, ya tuvo una oportunidad de hacerlo, pero no lo hizo. Esas decisiones se las dejamos al pueblo venezolano. En toda transición en Latinoamérica, hay negociaciones», consideró el diplomático.
Abrams avisó que el gobierno de Estados Unidos está «preparado» para presionar más a Maduro con acciones que podrían afectar a la economía y al sistema financiero, así como a altos cargos del «régimen».
Una de las opciones que EE.UU. está evaluando es la imposición de sanciones secundarias a aquellas compañías que negocien con empresas controladas por Maduro, como Washington ha hecho en el caso de las compañías extranjeras que compraban petróleo a Irán.
La opinión de EE.UU., explicó Abrams, es que «todos los partidos políticos», incluidos el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tienen un «papel que jugar en el futuro» del país caribeño y depende del pueblo venezolano decidir «cuánto poder» le otorgan.
Para Abrams, sería un «regalo» si Nicolás Maduro, se presenta a unas elecciones con todas las garantías y compite por la Presidencia con otros candidatos.
«Sería un regalo de alguna forma porque, de acuerdo a las encuestas más recientes que he visto, solo tiene entre un 10 y un 15% del apoyo. En última instancia, es una decisión que le corresponde al pueblo venezolano», dijo.