El subsuelo de Marte estuvo surcado hace unos 3.500 millones de años por un sistema de lagos interconectados, un descubrimiento revelado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y que podría ayudar a identificar las zonas más prometedoras para detectar posibles signos de vida pasada.
La sonda espacial Mars Express aportó la primera evidencia geológica de ese sistema de lagos, en cinco de los cuales, según su comunicado, se percibieron «signos de minerales asociados al surgimiento de vida en la Tierra: arcillas, carbonatos y silicatos».
La agencia consideró que esto refuerza la idea de que esas cuencas marcianas habrían contado en el pasado con los ingredientes necesarios para albergar vida y contempla la posibilidad de que aún queden pruebas enterradas en los sedimentos.
Hasta ahora, la escala y la importancia del agua subterránea del planeta rojo en el pasado solo se había predicho mediante modelos.
El autor principal del estudio, Francesco Salese, de la Universidad holandesa de Utrech, exploró con sus colaboradores 24 cráteres profundos y cerrados en el hemisferio norte de Marte, a unos 4.000 metros por debajo del nivel del mar marciano.
Ese nivel se define arbitrariamente a partir de la elevación y la presión atmosférica.
La ESA apuntó que en la base de esos cráteres hallaron formaciones que solo podrían haberse desarrollado en presencia de agua, como canales entallados en sus paredes, valles formados por la erosión de las aguas subterráneas o depósitos de sedimentos asociados al flujo hídrico.
El nivel de agua «coincide con un supuesto océano marciano que se cree que habría existido entre 3.000 y 4.000 millones de años atrás», añadió la agencia.