Uno de los seis nietos del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción, falleció a los siete años de edad como consecuencia de una meningitis.
El ex presidente brasileño fue autorizado por la Justicia a salir por primera vez de la cárcel donde cumple dos condenas por corrupción, para asistir al entierro de su nieto.
La jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, aceptó la solicitud que hizo la defensa del ex mandatario, tras conocer la muerte del menor, basada en la Ley de Ejecución Penal que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.
Athur Araujo Lula da Silva falleció en el hospital de Batira, en la localidad de Santo André (Sao Paulo), a raíz de una meningitis meningococica, una bacteria que se aloja en las membranas entre el cerebro y la médula espinal.
La muerte del nieto de Lula se produce poco más de un mes después de que falleciera el hermano mayor del ex presidente, de 79 años, después un tipo de raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos.
Lula quería acudir al entierro de su hermano pero la Justicia tan sólo le autorizó una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva ya había sido sepultado, por lo que decidió permanecer en su celda.
La presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, lamentó la muerte del nieto de Lula y aseguró que harán «todo lo posible para que pueda verlo».
El ex presidente se encuentra recluido en la sede de la Policía Federal de Curitiba desde abril de 2018 después de ser condenado a 12 años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso vinculado con los desvíos de la petrolera estatal Petrobras.