Al menos siete personas murieron y 150 se hallan desaparecidas tras la ruptura de un dique minero en Brumadinho, en el estado de Minas Gerais, donde hace tres años se produjo el peor desastre ambiental de Brasil.
«Según datos confirmados por el Cuerpo de Bomberos, ya se contabilizaron siete cuerpos de víctimas mortales», indicó el gobierno de Minas Gerais, agregando que había aún «cerca de 150 personas desaparecidas».
El balance final podría ser mucho más elevado, dado que en el momento de la ruptura había en el lugar unos 300 funcionarios. «No sabemos cuántos fueron afectados, porque [el lugar] quedó sepultado», explicó el presidente de Vale, la propietaria de la mina, Fábio Schvartsman.
Los bomberos intentaban retirar la tierra de los tractores para verificar si había personas en su interior. Por motivos de seguridad, varios accesos a la ciudad, de 39.000 habitantes, fueron cerrados.
Hasta ahora se ignora la causa del accidente. Según el presidente de Vale, la represa no era usada desde hacía tres años y había sido verificada regularmente.
El presidente Jair Bolsonaro anunció la formación de un «gabinete de crisis» con ministros y autoridades de Minas Gerais.
Bolsonaro indicó que viajará a primera hora del domingo a Minas para sobrevolar la región y evaluar «todas las medidas pertinentes y posibles destinadas a aminorar el sufrimiento de los familiares y de las posibles víctimas».
«No quiero culpar a otros por lo que está sucediendo, pero algo se ha hecho mal a lo largo del tiempo», dijo Bolsonaro a una radio de Brumadinho.
Las autoridades locales enviaron varios helicópteros para las tareas de rescate.