Los últimos minutos de su vida la odontóloga Indira Nathaly Bermúdez Calderón (40) y su amiga, la bioanalista Verónica Virginia Urdaneta Sierralta (40), los vivieron con el rostro pegado a la alfombra del asiento trasero de la Toyota Fortuner, negra, 2008, placa AA457FV, codiciada por los ladrones de carros César Andri Montiel Páez (40) y César Andri Montiel Páez (23).
La Policía científica empezó la reconstrucción del asalto y posterior vuelco donde murieron los cuatro pasajeros de la camioneta: las dos víctimas y sus dos asaltantes. Las primeras pesquisas hacen presumir a los detectives que los robacarros ganaron la confianza de las mujeres, se les acercaron, las apuntaron con armas nueve milímetros y las lanzaron en el asiento trasero. Allí quedaron atrapadas en el accidente de tránsito, en el sector La Manza del municipio Mara, a unos escasos metros de la alcabala de la Guardia Nacional de Nueva
Lucha- Cuatro Bocas.
“El muchacho conducía el vehículo. Creemos que perdió el control al tener tan cerca los militares y se volcaron”. La odontóloga y la bioanalista no pudieron salirse. Las metieron vivas en la camioneta de Indira en Maracaibo y las rescataron muertas en Mara. Montiel y su
cómplice salieron expelidos y también murieron. Uno en la carretera y otro en el CDI de La Sierrita.
La banda a la que pertenecían los dos asaltantes busca a sus víctimas en Maracaibo, someten a sus dueños o conductores hasta que se sienten a salvo de los cuerpos de seguridad y luego los abandonan en parajes desolados, lejos de toda civilización o estación policial. “Presumimos que lo mismo harían con las dos mujeres”, acotó el funcionario. Mara es donde ocultan los vehículos y donde se cree que se ocultan los líderes de la banda. Hacia allá se concentra la investigación. Aunque los dos ladrones eran oriundos del noroeste de Maracaibo.
Corresponsal Zulia / Jessica Ferrer
Cactus24 (29/12/18)