“Mucha prudencia, a la hora de la noche de la llegada o la salida”, aconsejó Omar Prieto, gobernador del estado Zulia, a los propietarios de las camionetas Fortuner. «En nuestros índices delictivos ese carro es el que más roban”.
Según los cuerpos de seguridad, después del asalto, los vehículos los conducen hacia los municipios fronterizos. Unos terminan en Colombia y otros en un deshuesadero. Sus dueños no son las únicas víctimas, se estima que al menos cinco marabinos sean sometidos para quitarles sus unidades.
Las bandas se distribuyeron el territorio y clasificaron a sus víctimas. En la Machiques-Colón, desde el kilómetro 18 hasta el 72, buscan camiones 350, camionetas Silverado y camiones Tritón, Pick up.
En la Lara-Zulia atacan al transporte público, siguen los modelos viejos de Chevrolet, Caprice, Malibú, Ford y Bronco. En Maracaibo la selección se inclina hacia los modelos más nuevos de Fusion, Fortuner, Ford Runner, F-150, Toyota 4Runner y motocicletas, detalló un oficial.
“Ayer recibí reportes de la FAES sobre los sitios con mayor incidencia del hurto o el robo de vehículos y donde más o menos operan las bandas delictivas. Di unas instrucciones a los organismos de inteligencia, al igual que al alcalde de Maracaibo y San Francisco, para que activen sus respectivos planes de seguridad», acotó Prieto.
El modus operandi de someter a la víctima, montarla en otras unidades o acostarla en el piso de su carro, pasearla por kilómetros y abandonarla en una zona lejana de Maracaibo se hace cada vez más frecuente. Los oficiales que atienden denuncias aseguran que hasta seis de cada 10 víctimas vive minutos de angustias amordazados o apuntados por los delincuentes.
“El que esté tragando mosca a ese le caen”, advirtió un funcionario. Se distraen al entrar o salir del estacionamiento y ahí lo someten. En los centros comerciales, los gimnasios, las farmacias, los semáforos, inmediaciones de los colegios, los hospitales, en todas partes están las mafias. “Quien le dé la oportunidad, se lo llevan”.
Los ladrones escogen al azar. En esa forma de trabajo han tomado por víctimas a concejales, gerentes bancarios, maestros, cualquiera. A José Guerrero, sindicalista de Pequiven, lo sometieron en febrero en la vía que conduce a Palito Blanco, en el municipio Jesús Enrique Lossada. La Toyota estaba rotulada y aun así la robaron. Tardó 12 horas antes de que lo encontrara en una trilla una comisión de la
Policía regional.
Mientras a Irvin José Principal, gerente de una agencia del Banco de Venezuela, lo sometieron en la cola de una gasolinera y lo abandonaron horas después en la parroquia San Isidro, al oeste de Maracaibo.
“Yo quisiera humildemente dar una sugerencia como gobernante. Es mejor que alguien te deje en el gimnasio, es mejor que alguien te deje en ese centro comercial, porque precisamente ahí actúan las bandas», enfatizó el gobernador.
Corresponsal Zulia / Jessica Ferrer
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