El momento en el que te dispones a vestir a tu bebé se convierte en uno de los más especiales del día, sobre todo, las primeras veces. Como si fuera un muñequito podrás elegir todas sus prendas y combinarlas a tu gusto.
El olor a limpio, la ropita suave y la gran variedad de materiales y piezas que encontramos hoy para ellos hacen que queramos comérnoslos nada más terminar de vestirles. Pero como decimos, se trata de un momento muy especial porque también para esta tarea es necesario que tengas en cuenta una serie de advertencias.
Su piel tan suave y todavía tan delicada así como sus pequeños y tiernos brazos y piernas necesitan de una serie de cuidados especiales a la hora de vestirle.
Es un momento especial porque genera un gran vínculo entre los papás y el pequeño por eso hay que hacer que el pequeño se sienta lo más confortable posible dentro de las incomodidades que le pueda ocasionar.
No suele ser un momento que guste especialmente a los bebés, normalmente suelen llorar y esto en consecuencia, puede agobiar a los padres. Realizarle un masaje justo antes de ponerle las prendas para relajarle y así fomentar el apego emocional con él, o que se vaya familiarizando con los colores y las formas son algunas de las ventajas de este momento del día…
Aquí tienes una serie de consejos de los expertos en el cuidado del bebé, Suavinex, para que el momento de vestirlo se convierta en uno de los mejores tanto para el peque como para ti.
¿Por dónde empiezo?
1. Sea la época del año que sea, no abrigues en exceso al bebé. Excepto en las primeras semanas de vida, la su temperatura corporal es la misma que la de un adulto. Las prendas suaves y poco ajustadas, de algodón y que permitan que la piel del bebé esté siempre ventilada y evitar así posibles fricciones, rozaduras, rojeces…
2. A la hora de vestirle debes hacerlo preferiblemente en una superficie que sea rígida. Lo ideal es hacerlo siempre en los cambiadores destinados a ello. Los movimientos a la hora de manipularle deben ser muy suaves, no hacer ningún cambio brusco siempre buscando la seguridad del peque.
3. Para facilitarte el trabajo antes de comenzar a cambiar al niño de ropa asegúrate de que tienes todo lo necesario a mano. Toallitas, colonia para cuando acabes de cambiarle, pañales… si necesitas coger algo en pleno cambio y tienes que cogerlo no le quites el ojo de encima en ningún momento.
4. A los bebés no les gusta tener la cara tapada así que cuando tengas que cambiar la parte de arriba de su ropita (si es de cuello cerrado) con una mano abre todo lo que puedas el cuello de la prenda y con la otra sujétale la nuca. Todavía no tienen estabilidad en su cabeza así que nos debemos cerciorar de que siempre esté erguida y segura.
5. Llega uno de los momentos más complicados del cambio de ropa… ¡las mangas! Pasa tu mano por la manga de la prenda y coge la suya recogiéndola en un puño para evitar que los deditos se enganchen, después introduciéndola con cuidado y listo. La práctica hará que cada vez lo hagas con más maña ¡no te agobies!
6. Para las piezas de la parte de abajo como por ejemplo, pantalones, pijamitas haz exactamente igual que con las piezas de arriba. Abre todo lo que puedas la abertura de la parte de abajo y a continuación coge su pie e introdúcelo por una de las perneras, realiza el mismo movimiento con su otra pierna y después sube el pantalón de una vez poco a poco.
7. Te recomendamos que compres prendas que sean de fácil lavado y sobre todo que sean de algodón para evitar posibles alergias en una piel tan delicada como la de los bebés. Utiliza siempre detergentes testados e hipoalergénicos, los hay especiales para Bebés.
8. Nadie dijo que vestir a un bebé fuese algo fácil. La práctica hará que cada vez lo hagas con más maña y destreza así que sobre todo si eres mamá primeriza no te preocupes y muy importante, ¡no te agobies! Nadie nace aprendido.
Fuente: En femenino maternidad
CACTUS24 (29-09-16)