miércoles, diciembre 25, 2024
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Hablemos sobre La Depresión

El trastorno depresivo: se caracteriza por la desregulación disruptiva del estado de ánimo. El rasgo común de este trastorno es la presencia de un ánimo triste, vacío o irritable, acompañado de cambios somáticos y cognitivos  que afectan significativamente a la capacidad funcional del individuo.

Este estado tiene una duración de 2 semanas durante el cual existe ánimo depresivo o perdida de interés o del placer en casi todas las actividades. 

La depresión es menos la enfermedad que un intento desesperado de curación. Lo que nos enferma es nuestra pretensión de ser infalibles, demasiado fuertes, casi omnipotentes.

La depresión, si la escuchamos (y también tratamos, porque su intensidad puede resultar peligrosa), es parte de nuestra dolorosa sanación: nos ayuda a mirar de frente esa humana vulnerabilidad que hemos rechazado por tanto tiempo.

Muchas personas que siempre han jugado el rol de «fuertes» en sus familias, cuidando con frecuencia a otros miembros de la familia considerados más «débiles», no saben cómo pedir ayuda o cómo dejarse cuidar cuando son ellas mismas quienes tienen problemas.

Un fenómeno habitual en estas circunstancias es que estas personas «fuertes» se depriman, contra su voluntad, como única manera de hacerse cuidar. Desde un punto de vista psiquiátrico, el problema es la depresión, y eso está bien: muchas veces es un asunto de vida o muerte. Desde un punto de vista psicológico, el problema es la omnipotencia: la depresión es un intento de solución. Una vez más, la depresión aparece aquí como una cura de la omnipotencia y como una oportunidad para aprender el saludable valor de la fragilidad.

La depresión no se vence con voluntad

Advertencia: la depresión no se vence con pura voluntad. Muchas personas que han creído eso están en el cementerio.

La depresión se trata con fármacos y con psicoterapia.

La detección precoz es clave y el apoyo familiar mejora el pronóstico.

Ojo con ese familiar o amigo deprimido que se despide una mañana o tarde cualquiera de manera excesivamente efusiva y afectiva, sensible y cariñosa, distinta al modo habitual y reciente. Puede ser su última despedida: «Esa tarde me abrazó como nunca antes… Lo sentí raro, particularmente emocionado… Pero nunca pensé lo peor…». Que en dichos casos ayudó a revertir una depresión mayor aguda con intencionalidad suicida. De hecho logran su cometido.

Mucha atención con las personas deprimidas!!!

PD: las enfermedades son parte de la existencia humana, lo que todavía nos cuesta aceptar es que, como la oruga, evolucionamos.  Es importante cerrar ciclos para así poder ver el paraíso de oportunidades…

Cactus24 (12/09/2016).

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