Las relaciones amorosas con marcada diferencia de edad, siguen siendo un tema generador de polémica en la actualidad, aún y cuando muchas cosas han cambiado en nuestra sociedad, el hecho de que una mujer sea mayor que su pareja o que un hombre pasado sus cuarenta o cincuenta años de edad esté con una jovencita, es criticado por muchos, incluso dentro del propio entorno familiar.
Mucho se ha hablado acerca de este tema, desde que la mayoría de las féminas buscan solo estabilidad económica al lado de un hombre mayorcito, o necesidad de figura paterna, hasta que el señor en cuestión quiere sentirse viril al lado de su muchacha. Ahora bien, para el amor, ¿hay edad?, pues no, pero si hay edad para establecer relaciones maduras, donde ambos estén claros en los para que de la misma, y la respuesta de éstos sea un sentimiento genuino de ambos.
Habría que tomar en cuenta algunas recomendaciones si se está en una relación de este tipo, y la primera es “estar preparados para la crítica”, un estilo de blindaje o armadura emocional ( la requerimos en general en la vida), pero aquí ya sabemos de antemano que familiares cercanos o incluso algunos hijos cuestionarán esta diferencia de edad, y los protagonistas en cuestión tendrán que afrontar dichos cuestionamientos, por lo que si individualmente están claros, es una ganancia para hacerse fuertes como pareja y manejar la situación con el núcleo familiar primario. En segundo lugar hay que “ser realistas”, un hombre maduro que disfruta sus días leyendo o en un ambiente de serenidad, no pretenderá cambiar de la noche a la mañana a una universitaria asidua a las fiestas, para ajustarla a su estilo de vida, o al contrario, a menos que ambos disfruten de las mismas cosas, lo cual también puede pasar y resultaría genial. Si se es realista se sabe que hay espacios que compartirán y otros que definitivamente no sin obligarse a encajar en grupos donde es casi imposible hacerlo.
Al final la edad es, en parte, solo un número. Hay gente que madura rápidamente y son tan o más maduros que personas 10, 20, o hasta 30 años mayores que ellos. Por otro lado, hay personas que nunca terminan de madurar y por tanto tienden a compartir intereses con personas varios años –incluso décadas- menores.
El éxito de este tipo de relaciones es tener una actitud positiva hacia la otra persona y entender que el proceso cronológico de vida es distinto en ambos y sí las necesidades psicológicas las cargan y resuelven cada uno de los miembros, la relación podrá vivirse más plenamente con estas consideraciones, por otro lado, sí el vínculo es solo el sexo o el paternalismo a través de la protección de la otra persona y no se presenta el crecimiento de ambos o no construyen nuevos proyectos juntos tenderá al fracaso, pero eso también sucede en parejas sin diferencia de edades.
Por último, y no menos importante, “no enfocarse solo en la edad”, ya que condiciones similares aplican a las relaciones donde existe una marcada diferencia en edad como en las que no. Como en cualquier relación aplica cuidarse, comunicarse, respetarse, comprenderse….y todo lo demás que hace que cualquier relación, sin importar la edad, sea grandiosa.
Psic. Irina Faneite
