Hoy es un día muy especial. Nuestro sitio en Instagram @mentesaludable sube un escalón en el cyber espacio y desde ahora estaremos con nuestros aliados comunicacionales para brindarles los beneficios de tener una mente saludable.
En esta oportunidad trataré el tema de la fibromialgia. En esta columna descubriremos qué tienen que ver nuestros dolores corporales con nuestra mente.
Duele mucho, pero los exámenes médicos son categóricos: no hay alteraciones orgánicas demostrables. «No tienes nada», te dicen, pero tu incredulidad y sufrimiento permanecen.
Antes le llamaban conversión, hoy le llaman fibromialgia. El asunto es el mismo: el dolor que habla a través de las emociones son negadas y retenidas. ¿Cargas por años con el peso de la vida de los demás, pero sientes que no puedes reclamar, porque “es lo que te tocó»?
Quizás te duelan los hombros, o la espalda. ¿Has dejado de avanzar en tu propia vida por acompañar el desarrollo de otras personas?, pero la culpa y el miedo ¿te impiden aceptarlo?
Quizás te duelan las rodillas y te cueste caminar. ¿Siempre has sido una persona muy fuerte y exitosa, que puede con todo y a quien no le entran balas? Quizás un día te levantas y te duele todo el cuerpo, y ni siquiera te puedes levantar de la cama.
La vieja cura es a través de la palabra, es decir, hacer consciente las emociones reprimidas.
PD: «Hallazgos recientes demuestran para la fibromialgia la existencia de desbalances bioquímicos en el sistema nervioso central». Las emociones no son en el aire: tienen correlato biológico.