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Vtelca, fábrica inspirada en la clase trabajadora

Más de siete millones de celulares producidos hasta la fecha son la mejor referencia de Venezolana de Telecomunicaciones C.A. (Vtelca), una empresa creada el 3 de octubre de 2007 a partir de la segunda fase del programa Fábrica Adentro que adelantó el gobierno del presidente Hugo Chávez para instalar 200 cadenas industriales mediante distintos convenios binacionales y configurar así el nuevo modelo productivo socialista.

No obstante, luego de seis años desde que China y Venezuela suscribieran el Convenio Bilateral de Cooperación y Transferencia Tecnológica, el 24 de agosto de 2006 ambas naciones firmaron la carta de intención en Beijing para establecer en el país suramericano una compañía dedicada a fabricar equipos terminales para las telecomunicaciones.

Por eso, en el 2007, la Corporación de Industrias Intermedias de Venezuela (Corpivensa), realizó el proceso de selección de personal en Caracas con miras a instalar la primera fábrica de celulares. A finales de ese año, 20 profesionales venezolanos viajaron a China, gigante asiático en donde participaron durante 90 días en un programa de adiestramiento de tres módulos facilitado por ZTE University. “Antes de llegar a la firma del documento aprobatorio para la constitución de Vtelca, ya había algunas cosas adelantadas”, dice el ingeniero electricista, Eraldo Espín, en referencia al decreto presidencial publicado en Gaceta Oficial el 5 de octubre de 2007, en cuyo escrito quedó autorizada la creación de la empresa estatal de carácter mixto con 84,3% de capital venezolano y 15,7% de inversión china.

Ya para el segundo semestre de 2008, la obra de 4.500 metros cuadrados a cargo de la Constructora Río Limón estaba bastante adelantada en la Zona Franca Industrial de Paraguaná. Nuevas oportunidades comenzaban a abrirse en la península, cuyas principales fuentes de trabajo hasta el momento se encontraban ligadas a la actividad petrolera y al comercio de zona libre.

Por esos días, Ángela Borges, quien tenía dos años de graduada como Técnico Superior Universitario en Informática, entregó su resumen curricular en la casa cultural de Caja de Agua para incorporarse al programa de formación sociopolítico impartido por Corpivensa y el desaparecido Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio. Luego de tres meses de preparación, Borges y 59 de sus compañeros provenientes de comunidades paraguaneras que cumplieron debidamente el proceso, estuvo en la planta con los 20 técnicos formados en China y representantes de Corpivensa el 18 de febrero de 2009 cuando el jefe de Estado, desde el salón Ayacucho de Miraflores, anunció la inauguración de Vtelca.

“Hola, ¿cuál es tu nombre compañera?”, le dijo Chávez ese día a Ángela Borges, actualmente analista de inventario, con quien conversó durante escasos dos minutos en transmisión conjunta de radio y televisión. “Estábamos muy emocionados con lo que iba a suceder ese día, era algo nuevo”.

Tres meses más tarde, bajo la denominación de “ligero, bueno, bonito y barato”, el líder bolivariano comunicaba el lanzamiento de El Vergatario, primer teléfono móvil ensamblado en el país que salió a la venta por el Día de las Madres.

Chávez ordena aplicar las 3 R

Con la intención de potenciar la nueva etapa de la revolución bolivariana, el presidente Hugo Chávez ordenó aplicar el proceso de Revisión, Rectificación y Reimpulso en Vtelca, designando en 2010 al abogado zuliano Akram Makarem como nuevo representante legal, quien a los meses de iniciar la gestión optó por mejorar la infraestructura de la planta, incorporando dos líneas de ensamblaje para un total de cinco, así como la construcción de un galpón de almacenamiento de partes y piezas.

De la instalación de dos líneas adicionales devino el ingreso de nuevo personal para el incremento sustancial de la producción, muchos bajo la característica del primer empleo. Es ahí cuando iniciaron los llamados procesos de reclutamiento, captación y selección de personal, en primer lugar, con participación de postulados por las comunas Alí Primera El Cantor y Simón Bolívar y, más adelante, se convocó a Seguidores de Bolívar y Bahía Las Piedras, en consonancia con la política de Punto y Círculo, lo que ha servido para cubrir durante este tiempo turnos de trabajo ordinarios y extraordinarios, así como necesidades de perfiles puntuales.

“La empresa estimula el crecimiento económico y el empleo en la península. Desde 2009 hasta la fecha, ha incrementado los puestos de trabajo al pasar de 223 a 602 trabajadores”

El reto de ser una fábrica integral e integradora

“Vtelca es una fábrica integral, un modelo de fábrica verdaderamente socialista en donde abrazamos la tecnología, la socializamos y la convertimos en un espacio tecnológico donde el pueblo participa”, explica Akram Makarem, quien dirige un modelo de fábrica integral e integradora en donde a los trabajadores se les provee de las condiciones para su desarrollo personal y profesional.

En este sentido, la actividad deportiva y cultural junto a la unidad de reciclaje, así como la milicia obrera y, más recientemente, la conformación de un colectivo de siembra son planes impulsados para atender las necesidades de la clase trabajadora, protagonista del esfuerzo productivo. “Nuestra excusa es hacer un celular, pero nuestro objetivo es inspirar el crecimiento de la conciencia, el nuevo hombre y la nueva mujer, creemos que el socialismo puede atender los dos extremos: producir de manera sustentable, sin menoscabar la dignidad de nuestros trabajadores”, manifiesta Makarem.

Desde 2010, la política de reclutamiento interno de personal ha permitido el traslado de 252 trabajadores desde producción hasta las áreas administrativas para ejercer sus carreras técnicas y profesionales dentro de la misma empresa. A esto se suman 26 personas con discapacidad, de las cuales la mayoría presenta algún trastorno musculoesquelético que amerita evaluar con minuciosidad el cargo que desempeñarán. “La empresa hace seguimiento a los trabajadores con discapacidad y contribuye a su desarrollo”, expone Linda Lebrúm, una analista de evaluación y formación que durante cinco años ha intervenido en los procesos de captación de personal.

En ese sentido, Yeremis Rodríguez, operador de línea de producción que en el 2004 fue certificado con discapacidad visual, opina que tras la aprobación del proyecto de Ley para las Personas con Discapacidad hace una década, se reivindicó a quienes por razones congénitas o adquiridas eran tildados de “incapacitados”, restándoles de esa manera oportunidades de estudio y trabajo.

“Vtelca es –lo digo por experiencia- la empresa líder del país que cumple el artículo 28 de este instrumento legal (…) casi 5% de su nómina total está integrada por personas con alguna discapacidad”, puntualiza el también integrante del comité laboral que articula con la empresa para garantizar los derechos de trabajadores con discapacidad y, al mismo tiempo, proporcionar las condiciones en función de sus necesidades.

Sin embargo, la productora de teléfonos ha tenido que enfrentar amenazas inherentes a procesos repetitivos: las enfermedades ocupacionales. Es por ello que un equipo de profesionales evalúa las distintas patologías para reubicar al trabajador hacia un puesto que no desmejore su condición, mientras se incentiva de manera permanente a la práctica de alguna actividad física.

“Aunque renuncié, soy bienvenido a la fábrica”

El término de una relación laboral no siempre responde a conflictos. El artista Douglas Bermúdez es claro ejemplo de eso: luego de trabajar en Vtelca durante tres años emprendió su propio proyecto porque mientras se desempeñaba como promotor cultural y deportivo se inició en el oficio del tatuado.

Entre agujas y tintas, Bermúdez dice que en Vtelca reafirmó su necesidad de dibujar y hacer algo artístico. “Solicité un crédito bancario para comprar materiales inherentes al tatuaje y la empresa me apoyó con artículos para acondicionar un local”. Esto se dio luego de que dictara talleres de retratos a los mismos trabajadores, además de participar en actividades de arte libre como apoyo a instituciones y comunidades. Ahora reside en Aruba, donde todos los días apunta las citas con sus clientes en una libreta de notas con la imagen de Vtelca. “La fábrica es y será siempre parte de lo que soy”, expresa.

Luego de siete años de trabajo, Vtelca apunta en la actualidad hacia el crecimiento integral para diversificar la producción de celulares y duplicar con ello las fuentes de empleo, aprovechando las potencialidades de Paraguaná como Zona Económica Especial para consolidar un modelo productivo sustentable acoplado a la Agenda Económica Bolivariana del presidente obrero Nicolás Maduro con miras a convertirse en una gran potencia tecnológica para la América y el Caribe.

Prensa Vtelca

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