El desabastecimiento y los ajustes de precios han sido temas de conversación en los paraguaneros, quienes alegan que a pesar de las medidas económicas, los artículos siguen desaparecidos, situación que se ve reflejada en los anaqueles de los establecimientos.
Para los falconianos, el día a día se traduce en largas colas y trasnochos para adquirir escasamente dos harinas precocidas, aceite, pasta y en ocasiones papel sanitario. Aunado a ello, lo poco que se consigue supera el salario del paraguanero.
Liliana Navas, docente, argumentó que los aumentos aplicados por la Superintendencia de Costos y Precios Justos (Sundde), no son de su agrado ya que los salarios no alcanzan para la alimentación de una familia, “lo que encontramos en los supermercados es poco, tenemos que venir en la madrugada para poder agarrar los primeros números”. Añadió que esta crisis ha golpeado a las familias paraguaneras, en especial a los niños que dejan de asistir a los planteles por no tener para una merienda.
Emir Arends también opinó al respecto: “hay que pensar en el padre de familia que tenga tres y cuatro muchachos, me tuve que venir a las 2:00 de la mañana y lo que conseguí fueron dos harinas, un aceite, una pasta eso es todo”. Manifestó que hasta «los más viejitos» deben hacer sus colas para poder comprar.
En cuanto a las normativas aplicadas contra del bachaqueo, consideran que de acabarse con estas mafias la perspectiva sería otra, ya que explican que quienes encabezan este negocio ilícito intimidan a las personas y asignan arbitrariamente los primeros números en las colas.
Hicieron un llamado a los organismos públicos para que hagan presencia en las colas y puedan velar por el bienestar del ciudadano.
Los paraguaneros tratan de ser optimistas y piensan que las cosas pasarán, sin embargo lamentan que las familias tengan que recurrir a otros recursos, como salir de la península en búsqueda de alimentos ya que los precios que se manejan en las bodegas y establecimientos superan el salario mínimo.
Cactus24 (23/05/2016).
